Homenaje a S. Dalí :

domingo, mayo 28, 2006

Rosas meditando

Un día la vi en casa de una amiga.
No es que no la hubiera visto antes.
Claro que sí.
Ella está en cualquier lugar.
Es una flor muy común.
A veces lo común lo pasamos por alto porque creemos que siempre va estar allí y no es cierto.
Hay que seguir las señales y descifrar su mensaje.
Ese día yo la vi de a de veras.
En una litografía de Salvador Dalí que colgaba en la pared de la recámara de Susana mi amiga.
Rosa Meditativa, mil novecientos cincuenta y ocho.
Me quedé algunos minutos viéndola antes de irnos a la calle.
Me fascinaron sus pétalos abiertos al cielo como mariposa a la luz.
Me atrapó la paz que irradiaba, la luz.
Rosa flor.
Rosa que sueña poemas en forma de tiempo.
Rosa roja, oleica, bañada en rocío.
Fuimos a un café y se hizo tarde. Me fui a clase.
Ahí, frente al maestro, la volví a ver. Esta vez en forma de mujer.
Sabía que era ella, la misma obra, nacida el mismo , ahora de carne y hueso.
Debía esperar la señal para poder descifrar el mensaje oculto ante este encuentro de la meditación encarnada en Rosa,
Pasaron los minutos uno tras otro y Rosa seguía flotando en su aroma.
Lejana, ostentosa, grande pero sobre todo: ajena.
Nos habló del universo, el cosmos o los versos con un lenguaje herbívoro y floral.
Meditaba mientras el rocío salía de su boca.
Las palabras volaron sobre la tierra.
Se detuvieron en cada uno de nosotros, en forma de granos de arena.
Era la señal.
Un milagro que nadie entendió.
Rosas iguales en dimensiones diferentes, pensé.
Al concluir la clase quise alcanzarla pero ya era demasiado tarde.
Se había ido.
Nunca volvería ese momento en que las dos fueron una ante mis ojos.
Y yo tan sólo pude escribir en mi cuaderno.
Rosas Meditando frente a mi.

1 comentarios:

anais dijo...

Hola! HAy un Lied de Schumann, con letra de Heine, del ciclo Dichterliebe, llamado "Am leuchtenden Sommermorgen" (En la clara mañana de verano) en el que el poeta, abandonado por su amada, camina reflexionando a cerca de su tristeza en un jardín. LAs flores, malvadas, al verlo así, se ríen de él. Schumann pone ésto en música, con una estrofa musical, sin palabras. Quizá, tu Rosa, sea conocida, amiga, pareineta lejana o hermana de esas malvadas flores de la mañana veraniega.