Atemporia según Gustavo Sainz

martes, diciembre 11, 2007

(Texto de Gustavo Sainz leído por él en la presentación de la revista que se llevó a cabo en la 21 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el pasado domingo 25 de noviembre de 2007)


Si pienso en Atemporia, pienso en lo leído, poemas y pequeñas prosas, notas de discos, y de una manera más explícita veo las fotografías asociadas con lo insólito o lo extraño, como si nos estuvieran enseñando a mirar. Lo destacable es que este grupo de jóvenes enfrentan la escritura y la creación con sus visiones callejeras e íntimas antes de sacar conclusiones de un ámbito supuestamente más adecuado como podría ser el de la teoría literaria.

Esta nueva generación, si se me permite compararla, es como un cazador que está al acecho de las palabras y las ideas intentando cobrarse una pieza que siempre amenaza con escapar. Curiosamente la victoria o la derrota finales, siendo lo decisivo, pesan menos que la tensa incertidumbre del trayecto. Baudelaire veía al escritor bajo las siluetas del cazador o el pugilista. Los escritores como los boxeadores entrenan en solitario, golpeando mientras golpea, en un combate permanente con las palabras y la gramática.

¿O son como cirujanos? Los cirujanos es obvio quieren terminar con éxito su labor. Pero este deseo es sólo una sombra que apenas logra conmoverlos en cada uno de los instantes de los minuciosos procesos en el que se hallan abocados. Los cirujanos del lenguaje separan la piel de las palabras, hurgan en las entrañas de su significado, tratando de alcanzar aquellas capas profundas en que se alojan las vísceras de la existencia. Alejandra y Eduardo entendidos como cirujanos se sumergen en los subsuelos del mundo y en tal descenso logran ser meticulosos, incisivos y en cierta manera, despiadados.

Paralelamente estos escritores necesitan desarrollar un gusto peculiar por las vastas perspectivas y, de la misma manera en que se adiestran para trabajar en los espacios interiores, tienen que aprender a considerar los escenarios de la vida como si estuvieran en condiciones de contemplarla en una mirada panorámica.

Esto nos acerca en alguna medida al punto de vista de los cartógrafos, quienes acostumbrados por su experiencia, logran orientarse en amplios territorios mediante la multiplicación de sucesivas escalas. La pandilla de Atemporia asume el talante de los cartógrafos cuando son capaces de cifrar en las páginas de su revista la geografía viva de un mundo aparentemente inabarcable.
Al utilizar estos símiles quiero insinuar que el trabajo de estos jóvenes, se despliega siempre en el interior de una tensión provocada, por una parte, por un ánimo de introspección, y por otro, por la exigencia de universalidad.

No es la revista de lo de siempre, sino la revista de lo de nunca. Quizás por lo privilegiado de las imágenes, fotografías y dibujos que la pueblan, y lo caprichoso del formato, habría que inventar un término, algo así como “escritura transversal”, ya que se trata de una escritura que atraviesa las distintas formas expresivas con el deseo de recorrer las variadas islas que conforman el archipiélago de sus visiones.

No se parece a las revistas que se ofrecen cerca de las cajas en los supermercados, tampoco se parece a otras revistas supuestamente culturales a nuestro alcance. Es experimental y tentativa, implica algo así como la matriz de toda escritura, cuestiona todos nuestros métodos para registrar y detener la realidad, detectarla.

Imagínense que Alejandra es potencialmente una novelista, pero al mismo tiempo desconfía de las novelas históricas, del realismo psicológico, del minimalismo. Además hay tantas personas que ella aprecia que le han dicho que la novela ha muerto, que carece de futuro. La novela transformaba la vida en destino, las personas en personajes, la memoria en argumento, la biografía en cronología. Ya no era posible describir toda una vida entendida como una totalidad con un principio y un fin. La Bildungsroman clásica ha desaparecido junto con el Complejo de Edipo. Ya no existen.

Alejandra es una novelista que en vez de hacer novelas decidió hacer una revista. Pero en su revista indaga en busca de sí misma como lo haría en una novela, y especialmente busca lo desconocido que hay en ella misma. Por medio de sus fotografías, dibujos, diseños, palabras, intenta encontrar el camino de lo que no sabe, aislarlo y rodearlo, acercarse a lo que no se ha dicho nunca o todavía, a lo que no puede decirse sobre la existencia humana a través de lo que se dice.

Atemporia tiene una vinculación muy fuerte con la vida cotidiana. Una persona real puede ser diez veces más interesante que un personaje de ficción.

Atemporia debe mantener todo unido. Los contrastes y los antagonismos más evidentes. La vida es imposible. Lo imposible se hace posible. Lo que carece de significado adquiere sentido.

Atemporia es el ámbito osmótico por excelencia, el espacio de encrucijada adonde confluyen los diversos y a veces antagónicos, intentos de aproximación a la existencia a través de sus páginas.

Atemporia es el flanco más lábil, más permanentemente inacabado, más necesariamente vampírico del archipiélago editorial. La concepción de una revista como un engranaje cerrado y perfecto, un mundo autosuficiente que se alimenta a sí mismo, y que no se parece a ningún otro.

Atemporia dice más acerca de quienes la hacen, que lo que podrían decir en una novela. La fuerza de esta empresa se debe a la capacidad de sus colaboradores para construir su material. Es visible su voluntad épica, su presencia obviamente. Pero además se nota cierto deseo de originalidad, cierto deleite en contar una escena, describir un paisaje, mirar a un transeúnte como si fuera por primera vez.

Y maravillosamente están abiertos a influencias y contaminaciones, campo de adiestramiento para experimentar la perpetua mutación de nuestro vínculo con el universo que nos rodea.

Atemporia se inclina necesariamente hacia la captación de signos todavía latentes, todavía embrionarios que crecen en la trastienda de la sensibilidad contemporánea.

Atemporia proclama con orgullo que lo único que importa es el lenguaje y la forma. Todas las historias se han contado antes y mejor, y lo único que queda es producir arabescos, ensamblajes de textos y santificación de la computadora personal, además, por qué no, de verterlo al mercado. Y sin embargo encpntraremos historias ocultas en algún lugar de estas páginas tan extrañas y novedosas.

Atemporia sigue creyendo en la vida. Pero al decir vida hablo de lo incalculable, de lo distinto, de la esperanza y de la suerte. ¿Atemporia ve la vida como un juego comprometido con el destino o como una condena?
¿Cree en la existencia o la muerte? La vida es peligrosa, siempre lo ha sido y siempre lo será, es lo que siempre nos dice la literatura: vives en medio del peligro, luego estás vivo. Los novelistas de nuestra época nos dicen: vives, luego estás condenado. ¿Atemporia es un pedazo de vida o solamente el final de la partida, el veredicto del Tribunal, el informe de un centro penitenciario, una exterminación absurda a la cual se condena a sí misma?

Confío en su futuro porque confío en su capacidad de visión, de anticipación, más allá de las figuras que el orden del mundo parece presentarnos como seguras e inevitables. Confío plenamente en que este grupo de entusiastas jóvenes editores logren si no son capaces de cambiar el orden del mundo, si en cambio logren mostrar que después de todo, visto el mundo desde sus infinitos recovecos, tal orden es inexistente.

Y quizás sea en esta suprema negación donde se afirma todavía el poder de Atemporia.


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www.revistaatemporia.com

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3 comentarios:

i dijo...

me encantó esto que leyó Sainz en la presentación de la FIL, en especial lo de los "cazadores"

qué chido que lo subiste :)

oye qué onda? sigo esperando tu mail misterioso jeje

abrazosos

eme dijo...

sacó la verborrea el viejito ese jajajaja.

oye, te mandé un mensaje el día que quedamos de vernos ¿te llegó? terminé finalmente ese simulador como las 5 am pero quedó. al menos ya salí de vacas y hasta me enfermé, creo que todas las presiones se juntaron y se hicieron un bicho.

cuídate ale, no olvides que te quiero y que es un pedo coincidir, vivimos ocupadas: tu llena de papeles y letras y yo, de números y cosas rarengas.

saludos a lalo y a fiona, ahh y no olvides felicitarme a tus pagres. tráemeee nueces, mi maestro buenote me dijo que coma muchas que es weno, así que quiero un costal, ¿me las traerás? por ciertooo te tengo un regalo, te lo doy cuando regreses, ¿cuándo llegas a la mejor colonia (narvarte)? yo, el 2. así que debemos vernos y tomar vino hasta echarnos pedos.


te quierooo, rompe esferas y vuélvete emo el 24 y 31. abrazos locos.

Anónimo dijo...

Amiga Opphelia: vengo a dejarte desde el Testigo la potencia y la fuerza para que tus letras crezcan como arboles alegres y sanas y llenen el mundo de poesía y magia
FEliz 2008
Michelle