Ayer fue el día nacional del migrante y me imagino que muchísima gente ni se enteró, como yo no lo hubiera hecho si no hubieramos proyectado un documental anoche en el centro, lo único que puedo decir esque me fui llorando del lugar, no pude terminar de verlo, de plano, si de por si ya andaba bien mal viajada, al ver este documental, me mal viajé más. Los migrantes sudamericanos: gente que en busca de un futuro mejor, dejan todo, absolutyamente todo, y se vienen a México sólo pata intentar crusar al EU, pero en el camino, como todos sabemos, pasan de todo, los meten a la cárcel por tiempos indefinidos sin tener ningún tipo de defensa ni poder hablar con sus familiares, los violan, les roban lo poco que traen, los golpean como animales, algunos se caen de los camiones o de los trenes y sufren accidentes, otros enferman, muchísimos de ellos mueren o nunca logran llegar a EU y entonces se quedan en el limbo.

Desde el momento en que salí del centro (10pm) hasta ahorita (7am) me duele terriblemente la garganta, la traigo de un color rosa fosforescente y enoormemente hinchada, casi no pude dormir por lo mismo, tengo taquicardia y batallo mucho para respirar, creo que me estoy enfermando y eso me caga, porque siempre me enfermo por estas épocas, siempre, en mis 30 años solamente he pasado como 4 inviernos sana, y lo peooor de todo es que el viernes debo estar en guadalajara como si no estuviera enferma y feliz y contenta, con actitud y ánimo emprendedor, ja.

Ahorita me esperan dos cargas de lavadora, hacer galletas para el centro, terminar los nuevos menús, los separadores, las promociones y las cédulas, mandar todo a imprimir, una entrevista con un periódico local a las 1030 am, una entrevista con Pepe Rojo a esa misma hora también en el centro a ver cómo le hago le pediré que me agunate tantillo, ir a comprar las copas martineras, aceitunas, cerezas y toda la lista de vinos que hace falta en el centro que anoche me pidó el barman, armar las cajas que me llevo de extras a la fil, uf, ya me cansé, y esto es sólo por la mañana...

Estoy enferma, estoy triste, tengo mucho trabajo, siento que mis palabras no llegan a las personas que quiero mucho menos mis acciones y eso me duele mucho y me siento terriblemente sola.

Me he estado acordando mucho del una persona que conocimos Valeria y yo cuando fuimos a Bostón, época en la que precisamente yo andaba pasando por una racha muy parecida esta, de bajones, yo creo que por eso el recuerdo vuelve, esta persona acababa de regresar del Tibet de meditar y estaba estudiando una maestría o doctorado en cosmología en Harvard, el caso es que él me curó de la garganta en aquella ocasión, yo llevaba como dos meses enferma tomando todo tipo de antibióticos y desinflamantes, para ese entonces mi voz ya casi no salía y lo peor era que ya me había acostumbrado a eso, ya era normal para mi tomarme mi pastilla cada tanto y seguirme sintiendo igual, este hombre con quien nos hospedamos en ese viaje, y nos "inició" por así llamarlo en todo esto de la meditación y el zen, me daba tés todas las mañanas y noches, mientras me tomaba el té ponía su mano en mi cuello, cerraba los ojos y me decía que me concentrara en mi garganta, que la viera mientras me agarraba del cuello, así durante diez días, mañana y noche. Su teoría era que estaba enferma de la garganta porque había callado muchas cosas, que debía hablar, decirlo, que yo sabía de qué se trataba, que al menos hablara con una persona, que todo mi energía negativa estaba concentrada ahi en ese punto y qu epor eso no me iba a aliviar o lo que era peor, iba a empeorar netre más callara, y bueno, eso hice, hablé con valeria y juan (así se llama, le dicen juanito), les conté todo lo que en ese momento sabía que no había hablado con nadie, cómo me sentía, todo. Lo que pasa es que hablo mucho pero casi nunca digo lo que siento. En diez días de hablar y hablar en serio y tomar té y concentrarme en ver mi garganta (lo más extraño es que cuando la veía, sólo veía como un hueco obscuro), la infección desapareció y yo volví a mi vida normal y sana. Ahora, cada vez que me enfermo de la garganta, me libero y hablo, y tomé tés y pienso en mi garganta, la veo, obviamente también me tapo y no salgo si hace mucho frío, etc. Este ha sido uno de mis mejores viajes.



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