Picture with an archer

martes, agosto 02, 2005

Sumergida
en un sueño*
Desde hace 96 años me encuentro atrapada en este sueño. Un día entré aquí por curiosidad. Por soñar, imaginar, estudiar la vida de Kandinsky. Ya me lo habían advertido: “Toda su obra es como un sueño”. Y por sólo fijar mi atención en éste, ya no he podido salir de él. Cualquiera podría pensar que ahora mi vida es monótona e infeliz, pero no. Lo era antes. Ahora vivo encantada bajo un cielo de colores que cambia según el estado de ánimo de quién me observa; pueden ser tonos rojos, azules, amarillos, morados, naranjas, blancos e incluso hasta negros. Hay árboles que se mueven aunque no exista el aire y se pierden en el horizonte. No me tengo que preocupar por comer o dormir o ir al baño. En el mundo onírico eso no existe. Mi casa es de humo color azul rey y está en la cima de una colina rodeada de bosques amarillos y verdes. Yo visto de verde y rojo siempre, mis colores favoritos, y me cubro la cabeza con un divertido gorro de bolas rojas. Todos somos lo que soñamos. Camino diario de mi casa al principio de la historia donde broto de fuegos amarillos y blancos como una chispa de la imaginación. Aquí tengo varios amigos que comparten mis inquietudes y ven la vida como yo, me imagino que afuera ya no tengo a nadie. Ellos también entraron aquí por curiosidad. Entre nosotros tenemos un lenguaje diferente: el de la mirada. Es increíble cómo se pueden decir tantas cosas a través de la mirada. No tengo pies, me desplazo flotando.
Hay personas que habitan aquí sin saberlo. Estos seres están borrosos, como en un punto intermedio entre la vigilia y el sueño, bajo medicamento o en coma o simplemente no se atreven a enfrentar su nueva realidad. Están aquí pero no se dan cuenta. Sólo los que los observan allá, perdidos, conocen de su existencia. Cuando alguien de afuera me observa, yo lo observo también y este juego me divierte. Me identifico con esa persona a través de lo que expresan sus ojos y puedo detectar si está a punto de entrar en mi sueño, o quizá camine dos, cinco, diez pasos más y se sumerja en otro. De vez en cuando, si nadie me ve, me escapo a otros sueños. En donde soy un triángulo, o parte del cielo, pero siempre regreso. Porque me gusta vivir aquí. Yo lo elegí.
*Inspirado en Picture with an archer de Vasily Kandinsky

1 comentarios:

mentally insane dijo...

Hola, paso a saludarte... a mi también me encanta Kandinsky... su obra es increible, no puedes evitar quedar atrapado en ella.

saludos!