Supe que no me gustaban los hombres sin circuncisión cuando estaba en la preparatoria. Mi vida sentimental de adolescente se debatía entre mis dos mejores amigos y los únicos en aquél entonces. Ellos dos fueron los primeros que me dirijieron la palabra cuando entré al Liceo. A ellos dos les debía mi lealtad y fidelidad. Pero como era de esperarse al pasar de un año a otro, me hice novia de uno de ellos. Al cabo de un año el que no era mi novio sintiéndose desplazado comenzó a exigirme tiempo él y yo solos, sin él, mi novio, su amigo. Yo bien pendeja como era entonces cedí. Poco a poco y no sé cómo de pronto me vi envuelta en situaciones del tipo: el otro y yo solos en una calle oscura tocándonos, solos en un parque abrazados, solos en el auto... Supe que jamás volvería a estar con un hombre que no tuviera la circunsición cuando una noche estando en el coche metí la mano a su pantalón y sentí su salchicha coctelera bañada en una especie de moco baboso y un pellejo arrugado ahi junto, la saqué y casi me vomito. Él, serio. Yo, la más culpable y asqueada. Mi novio, ni enterado. Nuestra amistad, terminó. No fue nada personal nomás no me gustó.
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5 comentarios:
El problema, una vez aclarados los gustos, es cómo adivinar...
Saludos
HOLA :)
A MÍ TAMPOCO ME GUSTAN LOS HOMBRES SIN CIRCUNCISIÓN...
SE SIENTE FEO :(
TE DEJO UN ABRAZOTE.
yo los prefiero bien judíos, con una dieta sin cerdo, una madre asfixiante, una barba cerrada y la circucisión
oh my god!
A mí, me da lo mismo... La salchicha coctelera simpre termina aderezada de la misma manera...
A sí qué, para qué discriminar?
muy buena anécdota!
(pobre tipo…)
me imagino que de verte la cara
quedo cabizbajo…
y muy cierto lo que comenta la hormiguita…
un beso querida!
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